Estamos frente a un nuevo aniversario de nuestra revolución de mayo, y esto merece una reflexión histórica y actual. Siempre intentamos indagar sobre los hechos que ocurrieron por aquella convulsionada semana de mayo, sin adentrar en ello, me gustaría reflexionar sobre personajes históricos como Mariano Moreno que ya en aquellos tiempos reflexionaba sobre la providencia del nuevo gobierno revolucionario: “Si no se dirige bien una revolución, si el espíritu de intriga, ambición y egoísmo sofoca el de la defensa de la patria, en una palabra: si el interés privado se prefiere al bien general, el noble sacudimiento de una nación es la fuente más fecunda de todos los excesos y del trastorno del orden social. Lejos de conseguirse entonces el nuevo establecimiento y la tranquilidad interior del Estado, se cae en la más horrenda anarquía”.
Esta reflexión como muchas otras de celebres personajes de la época, deben someternos a pensar sobre el cauce actual de nuestra nación, sobre aquellos que pregonan los intereses privados por sobre el bien de nuestra patria. Estamos, no solo ante un gobierno “neoliberal”, estamos frente a los poderes más concentrados de nuestro país y hoy son ellos quienes lo gobiernan. Pensemos juntos simplemente por un instante a cuáles sectores a beneficiado el nuevo gobierno en estos 5 meses, pensemos cuanta atención presto a los reclamos de los trabajadores o de los sectores sociales más vulnerables. Cuánto pudo haber pensado el Ministro Aranguren en la distribución de la riqueza cuando dijo: “que cargue nafta quien pueda pagarla”, ¿dirá lo mismo ante la próxima factura de gas? Se le dirá lo mismo que a la mega-minería al bajarle abruptamente sus retenciones.
Tengo un pensamiento político basado en lo que un líder decía: “gobernar es redistribuir la riqueza”, “la economía debe someterse siempre a la función social”. Es evidente que en noviembre gano otro pensamiento político pero… ¿Cuánto debemos resignar de soberanía? ¿Cuántas veces debe ser vetado un reclamo?
En aquellos tiempos de la revolución se discutía sobre la soberanía, si debía estar en cabeza del monarca o sobre la potestad del pueblo. Esa discusión ya fue zanjada, y la democracia se ha implementado como medio de selección de nuestros representantes mediante el voto popular. Ya lo dijo Moreno, ojala que la ambición y el egoísmo no sofoquen la defensa de la patria. Y ojala que el interés privado no resigne el interés general. Viva la patria!!
Víctor Belfortti
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