No puedo dejar de analizar lo que está sucediendo en la provincia de Tucumán, es algo muy triste, algo que nos debería preocupar a todos los argentinos. Me pregunto: ¿con qué confianza vamos a ir a votar en las próximas elecciones? El gobernador reconoce que se quemaron urnas, pero a continuación aclara que apenas representan menos del 1 por ciento de los votos. La quema de una sola urna es algo grave, un golpe a nuestra República, no algo sin importancia.
Tratar de explicar lo inexplicable es subestimar al pueblo en su conjunto. Reprimirlo con dureza cuando se reclama transparencia nos hace retroceder, como sociedad, a una época oscura de nuestro país en donde no existía la democracia. Con el gobierno de Alfonsín, con mucho esfuerzo recuperamos esa democracia; con este gobierno, con sus actitudes y sus dirigentes, estamos perdiendo lo que habíamos logrado, estamos perdiendo la República.
La República escoge a quienes han de gobernar mediante la representación de toda su estructura con el derecho a voto. El electorado constituye la raíz última de su legitimidad y soberanía.
Debemos entre todos recuperar la República, participando activamente y custodiando la desición del pueblo en las urnas.
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