En esta época es importante la colaboración de los vecinos. Por ello, las hojas que se barren de la vereda no deben arrojarse en las bocas de tormenta, y si se rastrilla no hay que quemarlas. También se pueden distribuir en el césped o canteros, para que sirvan de abono y favorecer a mantener la humedad.
Juntar y embolsar las hojas evita su amontonamiento y obstrucción de las bocas de tormenta, además de mantener limpia la ciudad.
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