La gravísima situación que atraviesa la salud pública de Chacabuco es un tema que indiscutiblemente se ha instalado en la agenda local. Los numerosos casos de pacientes del Hospital Municipal que regresan a sus hogares sin recibir la debida atención por falta de insumos, han llegado a un nivel decididamente crítico. Y aunque desde el municipio se niegue sistemáticamente el problema, son tantos los testimonios de vecinos que advierten desde la propia experiencia esta problemática, que a esta altura intentar ocultarla resulta un ejercicio inútil y contraproducente.
Se observan desde faltantes de insumos básicos como calmantes posoperatorios (un médico tuvo q comprar de su bolsillo para darle a un paciente recién operado), antibióticos para combatir la neumonía (se lo tienen q comprar los mismos pacientes), hasta la escasez de elementos fundamentales como gasas, cloro, cintas para ponerles a los bebés cuando nacen, entre otros. Ni hablar de los pacientes ambulatorios q deben concurrir a la farmacia, en la que a veces no hay siquiera remedios tan simples como el ibuprofeno.
Tras haber dilapidado gran parte de los recursos municipales en su campaña personal para continuar como primer mandatario, el intendente continúa despilfarrando el dinero de los chacabuquenses nombrando nuevos empleados jerárquicos, sin otra necesidad que la de devolver favores electorales. Todo esto sin importarle que ha dejado al Hospital en bancarrota, sin dinero para insumos y para los sueldos de los profesionales que allí trabajan. La renuncia de Analía Giménez, quien dejará de conducir el geriátrico del Hospital Municipal, y la de Yesica Berterame, que renunció a la dirección del Hogar de Abuelos de O’Higgins, son otro síntoma de las condiciones precarias en las que se encuentra Aiola en lo que refiere a garantizar salud a los ciudadanos. Y no alcanza la propaganda de la nueva Guardia que repiten sin cesar desde el municipio para intentar tapar los problemas gravísimos que tiene el Hospital. No es suficiente tener una nueva edificación para atender las emergencias, si esta es sólo una cáscara vacía, sin insumos para atender a la gente como lo merece y necesita, por más empeño y buenas intenciones pongan los profesionales que allí se desempeñan.
Por todo lo expuesto, desde el Consejo del Partido Justicialista alertamos con preocupación que la salud pública de Chacabuco está en grave riesgo y señalamos la necesidad de que el intendente empiece a establecer prioridades, ya que si continuamos en el curso actual, los inconvenientes de los chacabuquenses que dependen del Hospital para atender su salud crecerán al mismo ritmo que la cantidad de integrantes de su costoso y numeroso gabinete.
CONSEJO DEL PARTIDO JUSTICIALISTA DE CHACABUCO
Se observan desde faltantes de insumos básicos como calmantes posoperatorios (un médico tuvo q comprar de su bolsillo para darle a un paciente recién operado), antibióticos para combatir la neumonía (se lo tienen q comprar los mismos pacientes), hasta la escasez de elementos fundamentales como gasas, cloro, cintas para ponerles a los bebés cuando nacen, entre otros. Ni hablar de los pacientes ambulatorios q deben concurrir a la farmacia, en la que a veces no hay siquiera remedios tan simples como el ibuprofeno.
Tras haber dilapidado gran parte de los recursos municipales en su campaña personal para continuar como primer mandatario, el intendente continúa despilfarrando el dinero de los chacabuquenses nombrando nuevos empleados jerárquicos, sin otra necesidad que la de devolver favores electorales. Todo esto sin importarle que ha dejado al Hospital en bancarrota, sin dinero para insumos y para los sueldos de los profesionales que allí trabajan. La renuncia de Analía Giménez, quien dejará de conducir el geriátrico del Hospital Municipal, y la de Yesica Berterame, que renunció a la dirección del Hogar de Abuelos de O’Higgins, son otro síntoma de las condiciones precarias en las que se encuentra Aiola en lo que refiere a garantizar salud a los ciudadanos. Y no alcanza la propaganda de la nueva Guardia que repiten sin cesar desde el municipio para intentar tapar los problemas gravísimos que tiene el Hospital. No es suficiente tener una nueva edificación para atender las emergencias, si esta es sólo una cáscara vacía, sin insumos para atender a la gente como lo merece y necesita, por más empeño y buenas intenciones pongan los profesionales que allí se desempeñan.
Por todo lo expuesto, desde el Consejo del Partido Justicialista alertamos con preocupación que la salud pública de Chacabuco está en grave riesgo y señalamos la necesidad de que el intendente empiece a establecer prioridades, ya que si continuamos en el curso actual, los inconvenientes de los chacabuquenses que dependen del Hospital para atender su salud crecerán al mismo ritmo que la cantidad de integrantes de su costoso y numeroso gabinete.
CONSEJO DEL PARTIDO JUSTICIALISTA DE CHACABUCO
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