En el 2014 frente a lo que era la gran arremetida del absurdo
abolicionismo de Zaffaroni, el massismo a nivel nacional, provincial y
local, con Sergio Massa a la cabeza, largamos una campaña de firmas, no
solo para frenar la baja de las penas para diferentes delitos, sino que
presentamos un nuevo Código Penal Nacional con penas más duras para
entre otras cosas, los violadores y femicidas.
El PRO, el Pj-FPV y la UCR, a nivel nacional firmaron, apoyaron y
acompañaron la propuesta del Juez Eugenio Zaffaroni de bajar las penas y
la reducción de la misma, es más, en Chacabuco los concejales de esas
fuerzas políticas votaron juntos contra el endurecimiento de las penas y
el cumplimiento efectivo de las condenas (que no se les pueda achicar
las penas) que proponía el Código Penal de Massa.
Hoy veo tanto a Cristina Kirchner como al presidente Mauricio Macri
repudiar lo que hizo el juez de Ejecución Penal de Gualeguaychú Carlos
Alberto Rossi que le bajo la pena y liberó al asesino de Micaela García,
y la verdad que lo mínimo que tendrían que hacer es silencio. Ni
colorados se ponen.
Rossi es un juez que responde a la línea de Zaffaroni, línea que el
Pro, la UCR y El Pj – FPV apoyaron literalmente. Lo que hizo Rossi es
casualmente lo que intentamos frenar, que se pueda bajar las penas para
violadores y femicidas.
Entre el 2014 y el 2015 por más que juntamos cientos de miles de
firmas a nivel país no pudimos lograr el nuevo código penal que
pregonábamos, ni siquiera la resolución de apoyo que presenté como
concejal, pero la batalla continua.
Esto sucedió por el apoyo político de un sector muy importante del
arco político y sus dirigentes que tienen un tremendo doble discurso.
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