jueves, 27 de abril de 2017

Nota de Opinión - ¿CASUALIDAD O CAUSALIDAD?



Los medios hegemónicos resaltan de manera positiva la primera visita oficial, en 14 años, de un Presidente argentino a la Casa Blanca; cuna de la primera potencia imperial. Hoy también se cumplen 14 años del día en que Néstor Kirchner ganó las elecciones presidenciales, años en los que por decisión política no mantuvimos relaciones “carnales” con los Estados Unidos. Fueron años de trabajo, inclusión social, conquistas de nuevos derechos, crecimiento industrial y fortalecimiento de vínculos y relaciones estratégicas con los países que conforman América Latina; que potenciaron y condujeron a Argentina y a sus países hermanos hacia una patria justa, libre y soberana; en contra del intervencionismo imperial.

Mientras en Argentina cada día se despiden trabajadores, Mauricio Macri viaja a los Estados Unidos a inaugurar una fábrica de Techint –donde se harán los mismos tubos que en la planta de Campana, la misma en la que la empresa cada semana suspende personal y recorta salarios-. La lluvia de inversiones y los millones de puestos de trabajo que les prometió a los argentinos parece que eran para los Estados Unidos.

Es una decisión y voluntad política que un país esté subordinado a una potencia mundial. Que en la Argentina todos los días se pierdan fuentes de trabajo, sustentos de familias, es una decisión de política económica. Que Macri decida sentarse a “negociar” con Donald Trump y esté dispuesto a enlazar a ambos países en una “amistad fraternal” es una mentira más de este gobierno. Estados Unidos no tiene hermanos ni se sienta a negociar, tiene hijos a los que les da órdenes, en una lógica de “premios y castigos”.

¿Casualidad o causalidad?

En 1945, el Coronel Perón recibió al embajador de Estados Unidos, Spruille Braden, quien le llevó también una suerte de “pliego de condiciones” y terminó su ofrecimiento diciendo: “Créame Señor Presidente, que si usted hace todo esto será muy bien considerado en mi país”. El Coronel Perón le contestó: “Vea Señor Embajador: a mí no me interesa ser muy bien considerado en su país al costo de ser un hijo de puta en el mío”.
La historia se repite, los modelos políticos y económicos también.

Mauricio Barrientos, Diputado Provincial (FpV-JP)

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