Trata de ocultarlo cuidadosamente. Jamás lo nombra al hablar en público.
Pero lo imita. Aiola es Macri.
No dialoga. Ignora a sus adversarios políticos. Trata de destruirlos. Inventa denuncias
Habla de la herencia o del déficit mensual. Pero calladamente incorpora 174 empleados más. Y arma el gabinete de funcionarios más costoso de la historia. Se endeuda.
La ordenanza Impositiva 2017 sigue los pasos del presupuesto. Hay que sacarla a los empujones. De cualquier modo. Limitándose a levantar la mano.
Para el cambio de la Tasa Urbana se imponía un debate previo y público. Pagar por metros de frente es más que discutible. Es un tarifazo encubierto en dos etapas.
Nadie sabe cómo se determinó el valor del Servicio Sanitario. El por qué la corresponsabilidad de propietarios e inquilinos en campos con deuda. El por qué de tasas sin determinar su periodicidad. Y los interrogantes sobre valores mínimos que se superponen. ¿Cuáles se aplican?
No hay ni habrá una oposición obstruccionista. Hay un oficialismo que oculta información y le huye al debate.
Para Macri, existe una democracia formal. No una democracia solidaria, de valores y convicciones.
Aiola lo imita. Aiola es Macri.
Que lejos quedó aquel radicalismo que en boca de Raúl Alfonsín supo decir sin pelos en la lengua “mi límite es Macri”.
Precisamente.
Bloque PJ-FPV
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