En una nueva semana de Podemos Hablar, iniciativa dependiente de la Dirección de Juventud, se brindó información sobre el acoso callejero, una de las formas más naturalizadas, invisibilizadas y legitimadas de violencia contra las mujeres.
Es el primer eslabón de una larga cadena de violencias que, como todas, se basa en una relación desigual de poder entre los géneros. Son prácticas sutiles, pero profundas que, en la relación asimétrica entre los géneros, refuerzan la dominación simbólica de la mujer.
El acoso callejero está contemplado como violencia en espacio público por la Ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres, la cual lo incluye como delito dentro del Código Penal.
¿Qué hacemos ante el acoso callejero?
Seamos testigos o víctimas, hagamos video o foto con el celular sin exponer nuestra seguridad y contactemos a un agente de seguridad.
Si eres víctima, busca la ayuda de alguien que se encuentre cerca.
Puedes hacer una denuncia. Las comisarías están habilitadas para tomar las denuncias.
El coqueteo o los «piropos» ocurren cuando existe consentimiento, de lo contrario es acoso. Evitemos replicar malos hábitos.
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