Si algo caracteriza a los discursos fundamentalistas es la costumbre de separar los pensamientos en categorías binarias. Grandes calamidades se han gestado en la historia de la humanidad empujando a la sociedad a pensar que si no se actúa o piensa de determinada manera es subversiva, terrorista o, de acuerdo a lo que estuvimos escuchando estos últimos días, “mala”.
Así rezaba el slogan de Aiola quien convocó a una marcha por la defensa de la justicia: “Los buenos somos más”. Además de recordarnos el lema de campaña de la Alianza de De la Rua, que decía “Somos más”, leemos en esta premisa que si no se está con ellos, corremos el riesgo de sumarnos a las filas de “los malos”.
De aquí nos preguntamos: ¿Son buenos los funcionarios de Aiola denunciados por adquirir con sobreprecio la luces LED a la empresa Hidalgo´s Group, a quienes todavía estamos esperando para que instale la fábrica que prometió Aiola? Además de dejar un hueco en el Parque Industrial, se llevaron -junto a la esperanza de conseguir trabajo de muchos vecinos- la tierra negra en camiones.
¿Son los buenos quienes le dieron 5 millones de pesos a la cooperativa “La Fortaleza” por trabajos que nunca se realizaron? ¿Pertenecerán a esta categoría pura quienes vendieron en negro miles de motos de muchos vecinos de Chacabuco a un desarmadero de Pergamino?
Seguro Aiola está del lado de los buenos, luego de comprar piedras con un sobreprecio de dos millones de pesos. Y habría que ver de qué vereda colocamos a los empleados macristas del intendente que robaron un expediente del Archivo Municipal y lanzaron una denuncia trucha contra un ex intendente.
También sería confuso definir cómo calificar a quien puso la firma para contratar la construcción del ala del Hospital con un sobreprecio de 100 % en el metro cuadrado. Por otro lado, no sabemos cómo clasificar a los funcionarios que compraron containers para la basura pagando el mayor precio posible y con una calidad menor a otros más baratos.
Y ya veremos dónde situamos a los miembros oficialistas del Consejo Escolar que contrataron parientes para distribuir las viandas a los chicos de la escuela, con alimentos cargados un día antes en camionetas que no cumplían con los requisitos que garanticen la continuidad de la cadena de frío.
Tenemos una ardua tarea entonces, para ayudar a Cambiemos a dividir a la sociedad chacabuquense en dos grupos, los buenos y rubios, como ellos, que defienden una gestión que les hace imposible la subsistencia a los argentinos con tarifazos, inflación, destrucción de la industria mediante la apertura de importaciones, separados de los malos y morochos, que si bien hicieron vivir mejor al pueblo argentino son corruptos y malvados.
Una lógica extraña y peligrosa la de Aiola, en un contexto de crisis económica aguda, con un dólar indómito y con un país cada vez más cercano a una situación de cesación de pagos. Debería recapacitar y ver la realidad, hacerse cargo y dejar de disparar contra el peronismo para tapar las incapacidades de su propio espacio, compartido con Vidal y Macri.
Partido Justicialista de Chacabuco
Así rezaba el slogan de Aiola quien convocó a una marcha por la defensa de la justicia: “Los buenos somos más”. Además de recordarnos el lema de campaña de la Alianza de De la Rua, que decía “Somos más”, leemos en esta premisa que si no se está con ellos, corremos el riesgo de sumarnos a las filas de “los malos”.
De aquí nos preguntamos: ¿Son buenos los funcionarios de Aiola denunciados por adquirir con sobreprecio la luces LED a la empresa Hidalgo´s Group, a quienes todavía estamos esperando para que instale la fábrica que prometió Aiola? Además de dejar un hueco en el Parque Industrial, se llevaron -junto a la esperanza de conseguir trabajo de muchos vecinos- la tierra negra en camiones.
¿Son los buenos quienes le dieron 5 millones de pesos a la cooperativa “La Fortaleza” por trabajos que nunca se realizaron? ¿Pertenecerán a esta categoría pura quienes vendieron en negro miles de motos de muchos vecinos de Chacabuco a un desarmadero de Pergamino?
Seguro Aiola está del lado de los buenos, luego de comprar piedras con un sobreprecio de dos millones de pesos. Y habría que ver de qué vereda colocamos a los empleados macristas del intendente que robaron un expediente del Archivo Municipal y lanzaron una denuncia trucha contra un ex intendente.
También sería confuso definir cómo calificar a quien puso la firma para contratar la construcción del ala del Hospital con un sobreprecio de 100 % en el metro cuadrado. Por otro lado, no sabemos cómo clasificar a los funcionarios que compraron containers para la basura pagando el mayor precio posible y con una calidad menor a otros más baratos.
Y ya veremos dónde situamos a los miembros oficialistas del Consejo Escolar que contrataron parientes para distribuir las viandas a los chicos de la escuela, con alimentos cargados un día antes en camionetas que no cumplían con los requisitos que garanticen la continuidad de la cadena de frío.
Tenemos una ardua tarea entonces, para ayudar a Cambiemos a dividir a la sociedad chacabuquense en dos grupos, los buenos y rubios, como ellos, que defienden una gestión que les hace imposible la subsistencia a los argentinos con tarifazos, inflación, destrucción de la industria mediante la apertura de importaciones, separados de los malos y morochos, que si bien hicieron vivir mejor al pueblo argentino son corruptos y malvados.
Una lógica extraña y peligrosa la de Aiola, en un contexto de crisis económica aguda, con un dólar indómito y con un país cada vez más cercano a una situación de cesación de pagos. Debería recapacitar y ver la realidad, hacerse cargo y dejar de disparar contra el peronismo para tapar las incapacidades de su propio espacio, compartido con Vidal y Macri.
Partido Justicialista de Chacabuco
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