viernes, 29 de septiembre de 2017

Publicación pedida

A la comunidad:

                      Hace algunos días tuvimos noticia de la aprobación unánime, por parte del Honorable Concejo Deliberante de Chacabuco, de la ordenanza que pone en funcionamiento el programa “Detección precoz de los Trastornos del Espectro Autista. La misma, es consecuente con la Ley provincial 8859 que fue sancionada el 4 de mayo de 2016. Entrando en contradicción con los Derechos del Niño y Niña y los de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26657 que establece que el diagnóstico debe ser realizado por un equipo interdisciplinario en atención a la complejidad de cada situación.


Celebramos con entusiasmo y hacemos propia la preocupación del poder legislativo local por la problemática. Apoyamos con énfasis el desplegar todos los mecanismos públicos que faciliten políticas de salud que colaboren en la detección temprana. Y por ende, permita el abordaje en los ámbitos de salud pública y privada de niños con autismo.


También nos sentimos compelidos en señalar cierta intranquilidad en lo que se refiere a la confección y uso de protocolos en el diagnóstico. Una utilización excesiva del mismo puede generar efectos contrarios al esperado. En esa dirección puede tomarse la experiencia años atrás de los protocolos en la detección de niños con ADD/ ADHD (niños desatentos e hiperactivos) que potenciaron el sobre diagnóstico, teniendo como consecuencia una patologización de la infancia y la medicación como única respuesta.


El autismo se ha convertido en el síntoma de nuestra época. Pone en discusión las políticas sanitarias y las prácticas para abordar el sufrimiento que conlleva. Nos incita a cada uno de nosotros a participar en el debate de cuáles son los métodos de intervención. Pero no es verdad que se haya convertido en una epidemia. Por lo tanto no hay que suponer que todos los niños pueden tener Autismo y someterlos a un examen. Puede convertirse en un generador de ansiedad y angustia en las familias al ubicar al niño como potencialmente patológico.


Como expresamos anteriormente apoyamos la detección precoz. Sosteniendo que cada niño con autismo es diferente a los demás, consideramos perjudicial la generalización de los métodos diagnósticos y de intervención. Advertimos de las consecuencias iatrogénicas de la patologización de la infancia y su medicalización. El riesgo que dicha generalización produzca “errores y falsos diagnósticos”, obstaculizando la subjetivación del niño y su contexto. En contraposición de la aplicación de protocolos proponemos entrevistas clínicas donde participen distintos profesionales de la salud , donde se contemple el tiempo requerido tanto para el niño como su familia puedan ser escuchados en su diferencia. Alentamos la formación continúa de los equipos (pediatras, psicólogos, neurólogos, etc) y la confección en los efectores sanitarios de un dispositivo que permita alojar el sufrimiento de los niños y niñas que transiten por dificultades en su constitución psíquica y el de sus familias. Evitando la segregación estigmatizante que forja la mera nominación de un trastorno.


Con el ánimo de interactuar interdisciplinariamente para favorecer los distintos abordajes de la primera infancia y acompañar la preocupación de las familias que reclaman mayor contención del sistema de salud ponemos a disposición nuestra tarea.


Los saludan atentamente.
Psicoanalistas de Chacabuco agrupados en Módulo de Investigación del IOM 2 (Instituto Óscar Masotta- Junín).

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