El veto de Macri a la ley para frenar despidos
El gobierno nacional está llevando adelante un enorme ajuste de la economía que provoca, entre otras consecuencias, un aumento sostenido de la desocupación; tanto en el sector público como -sobre todo- en el ámbito privado. Sin embargo, frente a una iniciativa de diputados y senadores para suspender los despidos hasta fin de año, la muy insensible respuesta del presidente ha sido “No se genera empleo imponiendo leyes arbitrarias”. Fue mas allá y deslizó que vetaría dicha ley si el Congreso finalmente la aprueba.
El gobierno nacional está llevando adelante un enorme ajuste de la economía que provoca, entre otras consecuencias, un aumento sostenido de la desocupación; tanto en el sector público como -sobre todo- en el ámbito privado. Sin embargo, frente a una iniciativa de diputados y senadores para suspender los despidos hasta fin de año, la muy insensible respuesta del presidente ha sido “No se genera empleo imponiendo leyes arbitrarias”. Fue mas allá y deslizó que vetaría dicha ley si el Congreso finalmente la aprueba.
Se sabe, Macri es un gran empresario con sobrada experiencia en su grupo familiar de negocios. Conoce perfectamente entonces que abaratar el costo de la mano de obra aumenta directamente las ganancias patronales. También sabe, por aquella larga experiencia propia, que los bajos salarios aumentan la plusvalía empresarial bastante mas que hacer inversiones para elevar la productividad del trabajo. En particular en países como el nuestro, donde rinde mucho mas poner la plata en bicicletas financieras, actividades especulativas o sacarla a empresas offshore -en Panamá por ejemplo- donde se evaden impuestos, que invertir.
Adhiere este gobierno de derecha que tiene hoy la Argentina, a la conocida receta neoliberal de que hay que llenar la copa de los ricos para luego ver si, supuestamente, drena a los que menos tienen. ¿Cómo se llena la copa de los ricos? De diversas maneras: quitándoles impuestos (al agro, a la minería), dándoles subsidios (a las petroleras), facilitando jugosos negocios financieros (con el 38% de interés las Lebac), endeudándose a altas tasas (con los grandes bancos extranjeros para pagar a los buitres), o entregando licitaciones diversas del Estado -en especial de obra pública- a capitalistas amigos.
Todos esos son los caminos usados para aumentar los ingresos de los que mas tienen; con recursos que, por cierto, salen de los que menos poseen. Pero probablemente el método mas importante de todos para lograrlo es bajar los salarios. Por lo pronto ya tenemos un ejemplo palpable de ello en estos momentos: mientras la inflación trepa a cifras anuales cercanas al 40%, los asalariados permanecen con sueldos de junio del año pasado; con lo que su capacidad de compra ha disminuido en una cifra cercana al 20% en términos reales. No es difícil saber adónde ha ido a parar lo que se perdió.
Pero este tremendo traslado de ingresos, producto de la pérdida de poder de compra de los salarios, es una foto y el gobierno aspira a que se transforme en una película. En otras palabras que la mano de obra argentina sea mas barata de aquí en adelante y por muchos años. Ese es el camino que Macri, en acuerdo con grandes empresarios de aquí y del extranjero, visualiza para hacer “mas competitiva” nuestra producción. Que el trabajador gane menos para abaratar costos y que el patrón gane mas, esa es la consigna principal. Lo de invertir en tecnología es relato para la galería, en lo esencial.
Pero se sabe que en el capitalismo para bajar el precio de la mano de obra, hay que tener un ejercito de desocupados que presione sobre los que tienen empleo. Por eso, volviendo al principio, es que Macri no quiere ninguna ley que frene despidos. Es mas, si puede le va a quitar estabilidad laboral al empleado público también. Si observamos como se movieron en este terreno, veremos que empezaron despidiendo trabajadores estatales (ñoquis y no ñoquis) dándole así al sector privado toda una señal para que también allí echen gente. Producto de ello ya tenemos mas de 100.000 trabajadores en la calle y no es de descartar que para fines de año esta cifra se triplique.
Es un error pensar que el gobierno ve esto solo como una consecuencia del “inevitable” ajuste y acomodo de la economía que dejó el kirchnerismo. En realidad aprovechan esto último, la herencia K, para avanzar lo mas rápido posible en la creación de un ejército de desocupados que presione a la baja los salarios y contribuya a aumentar las ganancias de los grandes empresarios. En otras palabras, proceden a llenar la copa de los ricos, que según la derecha que nos gobierna son los que van a sacar el país adelante.
La pobreza cero, a juzgar por el rumbo que llevamos, fue solo un slogan de campaña (como aquellos de que, si llegaba al gobierno de la CABA, Macri urbanizaría sus 14 villas o haría 10 km de subte por año). A lo sumo para los nuevos y viejos desocupados habrá planes sociales. También un “protocolo” para darles palos si protestan.
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR
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